Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades RIAM

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Saturday, March 24, 2018

Creciendo en igualdad: píldora anticonceptiva masculina






No solo la voluntad y el compromiso, también la ciencia contribuye a la igualdad de derechos y responsabilidades entre hombres y mujeres. Una novedosa píldora anticonceptiva masculina abre nuevos caminos para la salud sexual y reproductiva y la planificación familiar.
El anticonceptivo oral, denominado  Dimendrolona Undecanoato (DMAU) fue probado en 83 hombres en edad fértil y con pareja estable, durante un estudio realizado en el Centro Médico de la Universidad de Washington, el cual demostró una efectividad del 99% cuando la píldora se toma a diario y en un horario definido, refiere un cable de ABC.
Al igual que la píldora para mujeres, el anticonceptivo oral masculino experimental, combina la actividad de un andrógeno (hormona masculina) como la testosterona y un progestágeno, precisa la investigadora principal del estudio, Stephanie Page, profesora de Medicina de la Universidad de Washington, Estados Unidos.
Según declaraciones de la especialista a ABC, en los últimos años se realizaron varios intentos no exitosos de crear la píldora anticonceptiva, pues las pruebas realizadas posteriores a su consumo arrojaron daños en el hígado, cambios de humor e incluso variaciones en el deseo sexual.
Sin embargo, en el caso de la DMAU, la científica precisa que existen dos efectos colaterales para el organismo, el primero hace que la persona suba de peso tras el primer mes, ya que su efectividad depende de la cantidad de alimento que se ingiera junto con ella, mientras el segundo disminuye el HDL en la sangre, conocido como colesterol bueno.
De acuerdo con Page, esta es la primera aproximación exitosa a la elaboración de una pastilla anticonceptiva que impida la producción de espermios en el hombre, en la cual todos los sujetos pasaron las pruebas de seguridad, incluidos los marcadores de función hepática y renal.

En http://www.mujeres.co.cu/art.php?NjUxNg==

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Thursday, March 22, 2018

El desconocido caso de Enriqueta Favez, la primera mujer que, vestida de hombre, ejerció la medicina en América


Lioman Lima BBC Mundo
10 marzo 2018
Cuando lo amenazaron con examinar su cuerpo y pasearlo desnudo por las calles de Santiago de Cuba, el respetable doctor Enrique Favez no tuvo otro remedio que confesar su secreto mayor.
Había llegado a la isla cuatro años antes, en 1819, procedente de la colonia francesa de Guadalupe.
De su pasado se sabía poco: que había nacido en Suiza, en 1791, que estudió medicina en Francia, que fue médico de guerra y soldado en el frente de campaña de Napoleón, hasta que fue capturado y hecho prisionero por las tropas vencedoras del duque de Wellington.
Liberado poco tiempo después, pero derrotado, sin rumbos, y con su título y su pasado guerrero a cuestas, decidió cruzar el océano en busca de mejor fortuna.
Y en el oriente de Cuba la había encontrado: para 1823 ya era un renombrado cirujano, se había casado por la iglesia con una lugareña, una tal Juana de León, y llevaba una vida holgada y respetable, aunque salpicada por rencillas y altercados resultados de los usos y abusos del alcohol.
Pero esa no era la causa por la que el doctor Favez había sido llevado a los tribunales de Santiago de Cuba y por la que esa tarde del 6 de febrero de 1824, un grupo de médicos le amenazaba practicarle el examen físico ordenado por el juez y luego hacer de su cuerpo desnudo una carnada para la burla y el escarnio.
El verdadero motivo era una denuncia en su contra presentada por su propia esposa, que aseguraba que el respetado médico, el venerado cirujano de Baracoa, el fiel marido de Juana de León no era, en realidad, lo que decía ser.
Image caption Enrique se estableció en Baracoa, una villa en el oriente de Cuba donde vivían muchos franceses que habían huído de la Revolución de Haití.
Cuando los médicos y los agentes de policía se preparaban para comenzar el examen, Enrique Favez trató de impedirlo y contó su dolorosa verdad a viva voz.
Pero fue inútil: los médicos y guardias lo desnudaron y revisaron su cuerpo, parte por parte, con cuidadosa minuciosidad.
En el informe del proceso judicial, que aún se conserva en el Archivo Nacional de Cuba, todavía pueden leerse los resultados de aquella inspección.
La persona examinada "se hallaba dotada de todas las partes pudendas propias del sexo femenino", por lo que era "real y perfectamente mujer".
El doctor Enrique era, en realidad, Enriqueta Favez.
La primera doctora de América
No se sabe en qué momento exacto la mujer dejó de identificarse a sí misma como tal.
El historiador cubano Julio César González Pagés, autor de Por andar vestida de hombre, la más completa investigación sobre la apasionante vida del personaje, lo ubica en algún punto a inicios del siglo XIX.
"Hay documentación histórica que muestra que Enriqueta estuvo casada con un soldado del ejército de Napoleón, que murió. Tuvieron un hijo, que también muere a los pocos días de nacer. A partir de entonces, es que comienza a vestirse de hombre y asumir una identidad masculina", cuenta a BBC Mundo.
Image caption Enriqueta nació en esta casa en Lausana, Suiza el 1 de abril en 1791. Era hija de Louis Elie Favez y Jeanne Elisabeth Cavent. (Foto: Cortesía de Julio César González Pagés)
Con pantalones y traje militares, Enriqueta siguió a su marido en la guerra y luego, cuando éste murió en la batalla, ella tomó su posición en la línea de combate.
Aún vestida de hombre, estudió medicina en la Universidad de París, una profesión destinada exclusivamente a los hombres, y sirvió como doctor durante la campaña rusa de la guerra napoleónica, según la investigación realizada por el cubano Antonio Benítez Rojo para su novela biográfica Mujer en traje de batalla.
"Cuando viaja a América ocurre un proceso muy interesante, porque se convierte en la primer mujer en ejercer la medicina no solo en Cuba, sino también en América Latina", asegura González Pagés.
De hecho, Elizabeth Blackwell, la británica reconocida internacionalmente como la primera mujer en practicar la medicina en el continente americano, nació en 1821, cuando ya Favez consultaba y operaba a sus pacientes en el oriente de Cuba.
"Otro elemento destacable de esta mujer en su profesión es que era cirujana. Cuando hace el examen para revalidar su título ante el Protomedicato de La Habana se convierte, además, en uno de los tres únicos médicos cirujanos en el área del Caribe en esa época", añade el historiador.


Amante y esposa
Pero las marcas que dejó para la historia Enriqueta Favez no quedaron solo en ser la primera médica de América.
Su relación con Juana de León y la boda de ambas ante los altares y con los ritos de la Iglesia católica, supusieron también un antecedente inusitado para la época, para la región y para la historia.
Image caption Un gráfico de la época muestra el lado femenino y masculino de Enriqueta.
"Hasta donde se conoce no había antecedentes públicos de lesbianismo en América Latina y son también las primeras mujeres que se casan bajo los oficios de la iglesia en toda Hispanoamérica", señala González Pagés.
En Cuba, no obstante, las diferentes investigaciones que se hicieron sobre el personaje intentaban justificar que no se trataba de una lesbiana, según el investigador.
"Cuando se lee el expediente del juicio al que la sometieron y las cartas entre ella y su esposa que fueron vendidas después, no queda duda que entre las dos había una auténtica relación lesbiana de mutuo consentimiento", asegura el investigador.
Sin embargo, fue la propia Juana quien entregó a su esposo a las autoridades.
¿Por qué?
González Pagés considera que se trató de una razón social.
"Al parecer, una empleada de la casa llegó un día y vio a Enrique borracho sobre la cama, con la camisa desabotonada y le vio los senos. A partir de ahí, se comenzó a difundir el rumor y parece que Juana, ante el temor de lo que le pudiera pasar y de las presiones de su propia familia, decidió denunciarla", explica.
En la denuncia, conservada en el Archivo Nacional de Cuba, Juana de León argumentó que se casó con Enriqueta por las "circunstancias de orfandad y desamparo en que se veía", aunque le fue imposible "sospechar que los designios de ese monstruo fuesen dirigidos a profanar los sacramentos".
Acusó a Enriqueta de haber consumado "artificialmente" el matrimonio en forma "que la decencia no permite referir" y que se había aprovechado de ella "del modo más cruel y detestable, abusando de su buena fe, candor e inexperiencia".
González Pagés, cree que las razones de Juana estuvieron más bien basadas en el temor.
Image caption El proceso contra Enriqueta tuvo lugar en la ciudad de Santiago de Cuba.
"Si en el siglo XXI, asumir la sexualidad es algo que todavía cuesta en muchos lugares de América Latina, imagina en el siglo XIX. Es una decisión contradictoria la de Juana de León, pero comprensible", asegura.
Tras el largo proceso judicial, "el más escandaloso de Cuba en el siglo XIX", según Pagés, Enriqueta Favez fue expulsada de forma definitiva de todos los territorios de España en América.
De Enriqueta a sor Magdalena
Cuando el buque con destino a Nueva Orleans zarpó de La Habana a mediados de 1824, Enriqueta Favez dejó atrás las costas de Cuba, un oscuro pasado, un escándalo sexual y una trágica historia de amor.
Nadie fue a despedirla al puerto.
Image caption En el Archivo Nacional de Cuba se conservan los documentos del juicio y la deportación de Enriqueta Favez. (Foto: Cortesía de Julio César González Pagés)
Su rastro se perdió en la historia hasta muchos años después, cuando una carta, remitida por una tal sor Magdalena, cruzó en barco la ruta de Nueva Orleans a La Habana y luego, siguió el trote de los caballos del Correo Real hacia Baracoa.
Pero Juana de León, la destinataria del documento, había muerto tiempo antes.
Sor Magdalena, la monja médico que se había presentado primero como partera en Veracruz y que luego atendió a los enfermos en la congregación de las hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, nunca supo si su envío había llegado o no a su destino.
Tal vez, pensó en su pasado y entendió que había razones para que esa carta, una carta desesperada de amor, en la que suplicaba ver de nuevo a su esposa, nunca fuera respondida.
Image caption Enriqueta fue deportada a Nueva Orleans en 1824. (Foto: Hulton Archive)
"Una de las opciones que le dan que se libere de este pecado es entregando su vida a la Iglesia y a partir de entonces se dedica a cuidar a los enfermos. Pero siguió, lógicamente siendo lesbiana, y está documentado que intentó volver a Cuba para volverse a encontrar con su esposa", afirma Pagés.
Pero Enriqueta Favez nunca volvió a pisar isla.
Murió en 1856, vistiendo los hábitos de las hijas de la Caridad y fue enterrada con ritos católicos en el cementerio antiguo de Nueva Orleans.
Cuando en 2005 el huracán Katrina cruzó Guadalupe, devastó el oriente de Cuba y siguió su paso imparable hacia Nueva Orleans, en una ruta similar a la seguida por Favez en su paso por América, destruyó su tumba y con ella, uno de los últimos recuerdos de una de las mujeres más sorprendentes que marcaron la vida del continente en el siglo XIX. 

Ver  http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43296801

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Saturday, March 17, 2018

Papás suecos… Papás cubanos, historias contra el machismo





 En la foto el historiador y antropólogo Julio César González Pagés y Yonnier Angulo coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM) panelistas de la exposición  "Papás suecos… Papás cubanos" 


Por Lisandra Fariñas Acosta | lisandra@granma.cu

Las rejas del Museo Castillo de la Real Fuerza en el Centro Histórico de La Habana Vieja son ahora mismo un golpe a la conciencia. Cuando menos, una inquietud. Y ese es el comienzo para repensar (nos).
Habrá que agradecer, siempre, las imágenes que cuelgan hoy allí. Eran, son, necesarias. Muestran la prueba de que «nivelar la carga» es posible, de que vivir la paternidad desde la corresponsabilidad del hombre en el cuidado y la educación de los hijos es gratificante.
Y más, es imprescindible para que las mujeres y los niños disfruten plenamente de sus derechos y alcancen su máximo potencial.
Papás suecos… Papás cubanos  –una muestra conjunta del fotógrafo sueco Johan Bävman y el cubano Néstor Martí, organizada por la Embajada de Suecia, la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Unicef; e inaugurada en saludo al pasado 8 de marzo–  acerca a los paseantes a las experiencias cotidianas de hombres que transgreden los roles tradicionales y deciden compartir y disfrutar equitativamente con sus parejas las responsabilidades de crianza, cuidado y educación de sus hijos.
Es, de acuerdo con María Machicado Terán, representante de la Unicef en Cuba, una alerta sobre la urgencia de que el espacio doméstico se democratice, pues aún puertas adentro del hogar, en contraste con muchos espacios conquistados en el ámbito público, siguen persistiendo estereotipos y una cultura patriarcal y machista que golpean la participación de los hombres en las tareas domésticas.
LAS NORMAS SON SOLO EL COMIENZO
Cuba se encuentra entre los 15 países en todo el mundo que supera lo establecido por las tres políticas sociales y programas considerados básicos por la Unicef para apoyar a los padres a proveer a los niños y niñas con el mejor comienzo en la vida: educación pública y gratuita durante los dos primeros años, al menos seis meses de licencia materna retribuida para asegurar la lactancia materna y 12 meses de licencia paterna retribuida después del nacimiento de bebé.
Sin embargo, entre los años 2006 y 2014, solo 125 hombres se acogieron en nuestro país al Decreto-Ley 234 para disfrutar de la licencia paterna retribuida, y la mayoría de estos lo hicieron como consecuencia de situaciones de fuerza mayor, como la enfermedad o muerte de la madre, dijo Machicado Terán.
Datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social evidencian que no son muchos los padres  que han optado por estas licencias desde febrero del 2017, cuando se modificó el 234 por el Decreto 339 de la Maternidad de la Trabaja­dora, permitiendo que, además de los padres, otros familiares pudiesen asumir el ­beneficio de la Licencia de maternidad.
El pasado año, solo siete padres se acogieron al permiso, en contraste con las 65 abuelas que lo hicieron, lo cual evidencia cuántos prejuicios y resistencia encuentra aún esta norma, a pesar de los 15 años que lleva vigente.
Hay otro dato a tener en cuenta. Según la encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados, MICS (2014), solo el 18 % de los padres de niños y niñas de entre 36 y 59 meses participan en el cuidado y la educación de sus hijos.
Dos elementos descuellan en Cuba para favorecer el ejercicio de una paternidad responsable, a juicio de la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, Lisy Alina Jorge Méndez.
El primero de ellos, la existencia de una prestación social para que una vez que han transcurrido tres meses después del nacimiento del bebé, el padre pueda acogerse a la licencia e involucrarse de manera activa, presente, esencial en la vida del bebé durante el primer año de vida, y donde devenga una prestación ascendente al 60 % del salario promedio que recibió durante el último año, dijo.
Además, el hecho de que el Código de Familia promueve la igualdad en el ejercicio de la patria potestad, de modo que esta se ejerce de manera conjunta. «Ello nos está diciendo que tanto madres como padres tienen todos los deberes y derechos que devienen del ejercicio de la patria potestad».
VIVIR LA PATERNIDAD
La especialista agregó que no se puede hablar de paternidad sin hablar de los niños y niñas, y no puede hablarse de estos últimos sin tener en cuenta la Convención de los Derechos del Niño.
«La organización de las relaciones familiares requiere inexorablemente equidad intergeneracional e intergénero, entre padres y madres y entre hombres y mujeres en el seno de la familia. Implica además, la participación de niños y niñas en el seno familiar, que estos sean escuchados y aquello que dicen sea tenido realmente en cuenta», puntualizó.
«Los beneficios para un niño que tiene la presencia activa del padre en su vida son muchos: mayor autoestima, capacidad de adaptarse al medio, de socializar, y mejor salud emocional y física. Además, esta intervención activa en su crianza es un mecanismo preventivo de la violencia, pues funciona como factor protector ante escenarios riesgosos como el consumo de drogas», explicó la profesora.
Los padres también ganan, como seres humanos, y en las relaciones de confianza con sus hijos, destacó. «Como dijera Paulo Freire, la educación no cambia al mundo, pero cambia a las personas que van a cambiar al mundo».
Yonnier Angulo, de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM), comentó que muchos hombres asuman hoy la paternidad desde un modelo de masculinidad hegemónica, es uno de los costos del machismo, lo cual condiciona que no se valore siempre lo que significa cuidar a nuestros hijos, ni los beneficios de la paternidad para nosotros mismos.
Cuando los padres se involucran en las tareas del hogar y la crianza, y sus hijas e hijos los ven en relaciones de igualdad y respetuosas con sus madres y otras mujeres, aceptan la idea de que los hombres y las mujeres son iguales, aceptan la igualdad de género y el sentido de autonomía y empoderamiento de las niñas, pasándolo a generaciones futuras, señaló el joven de la RIAM.
El historiador y antropólogo Julio César González Pagés coloca la mirada sobre las causas que subyacen en estas conductas. Explicó que en eso tiene mucho que ver el hecho de que para los hombres el compromiso de implicarse realmente en la crianza de los hijos no es aún una exigencia en la sociedad, mientras sí se sigue reproduciendo el esquema de padres como solamente proveedores económicos; factor último que incluso pasa a ser fundamental a la hora de valorar la paternidad.
Además, el padre sigue viéndose como una figura autocrática, una figura cuyo rol es también el de reprimir.
Las madres siguen diciendo muchas veces: deja que llegue tu papá, y cuando no cumple este papel, pues hasta se dice que es mal padre. Estos fenómenos nos ponen incluso frente al análisis de fenómenos como la violencia intrafamiliar, destacó el experto.
El marco legal avanza más rápido que la realidad, opinó Jonas Lovén, embajador de Suecia en Cuba. A pesar de que su país fue el primero en el mundo en reemplazar el permiso postnatal maternal por el permiso parental, en 1974, hoy solo una cuarta parte de los hombres se acogen a esta prestación, y las mujeres siguen siendo mayoría. «Es un recorrido lento, pero necesario, que Cuba ya inició».
MIRARNOS POR DENTRO
«Papás suecos... presenta retratos de padres que optaron por quedarse en casa con sus bebés por al menos seis meses. El fotógrafo Johan Bävman estudia por qué estos padres optaron por quedarse en casa con sus hijos, cuánto les aportó la experiencia y en qué medida cambió las relaciones entre ambos padres y de ellos con sus hijos», explica el comunicado de Unicef.
Las imágenes –asegura el documento– pretenden mostrar los efectos de la igualdad de género en ser padres, tanto en los individuos como en la sociedad.
«Durante el periodo de mi propia licencia paternal tuve problemas en encontrar información acerca del hecho de ser padres desde la perspectiva del padre. Leyendo y viendo a otros papás que comparten sus pensamientos e ideas sobre la paternidad, quizá más hombres comiencen a pensar sobre su rol como padre y como pareja», explica Johan, citado en el texto.
Por su parte, el fotógrafo cubano Néstor Martí presenta en su muestra a padres cubanos –anónimos y figuras públicas– que comparten con sus parejas y disfrutan cotidianamente la responsabilidad de las tareas domésticas, de cuidado, educación y estimulación de los hijos, dentro y fuera del hogar.
«Busqué esa mirada diferente, no homogénea, de dos realidades (Suecia y Cuba) unidas al mismo tiempo en esa urgencia común que es pensar qué paternidad están viviendo hoy los hombres. Porque podría ser también la historia de cualquier sociedad hoy», dijo a Granma.
«Me hizo pensar, y me colocó frente a reflexiones que quizá no hubiera hecho por mí mismo. La paternidad, incluso desde la posición de hijo, también te toca».
«Las imágenes, tomadas en una realidad natural, y en la cotidianidad donde padres e hijos desarrollan su vida, es una propuesta, una provocación a mirarnos por dentro. Habrá quien pase y se quede, a quien se le mueva algo y habrá quien la rechace, o esté en desacuerdo. Lo importante es que la historia está ahí, contada», expresó.
Y la mejor manera de que esté es en los muros de la ciudad, a la vista de quien pasa, e incluso trascienda, como lo hará en el mes de junio, cuando la muestra sea trasladada a la ciudad de Santiago de Cuba y continúe su diálogo necesario con nuestra gente.ec

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Thursday, March 15, 2018

Cuba: Paternidad responsable, urgencia más allá de latitudes




La Habana, marzo, (SEMlac). La manera en que la mayoría de los hombres asumen la paternidad, desde un modelo de masculinidad hegemónica, es uno de los costos que ha legado el machismo, reflexionaron expertos durante la apertura de la exposición fotográfica Papás suecos…Papás cubanos, inaugurada en La Habana el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
La muestra conjunta del fotógrafo sueco Johan Bävman y el cubano Néstor Martí, situada en las rejas del Museo Castillo de la Real Fuerza, en La Habana Vieja, busca sensibilizar a la sociedad sobre la urgencia de una cultura de co-responsabilidad en el cuidado y la educación de los hijos, resaltó María Machicado Terán, representante de Unicef en Cuba.
"Lo doméstico es también un espacio que tiene que democratizarse. Ello es fundamental para lograr que las mujeres y los niños disfruten plenamente de sus derechos y alcancen su máximo potencial", insistió.
Cuba se encuentra entre los 15 países del mundo que cuentan con las tres políticas sociales y programas considerados básicos por Unicef para apoyar a los padres a proveer a niños y niñas con el mejor comienzo en la vida: educación pública y gratuita durante los dos primeros años, al menos seis meses de licencia materna retribuida para asegurar la lactancia materna y 12 meses de licencia paterna retribuida después del nacimiento del bebé, destacó un comunicado de la agencia en Cuba.
No obstante, entre 2006 y 2014, solo 125 hombres se acogieron al Decreto-Ley 234 para disfrutar de la licencia paterna retribuida en el país y, lamentablemente, en la mayoría de los casos ello sucedió debido a la ausencia de la madre, explicó Machicado Terán.
"Otro dato que nos preocupa es el acompañamiento en el momento de la crianza, no necesariamente pidiendo la licencia. Según la encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados, MICS (2014), solo 18 por ciento de los padres de niñas y niños entre 36 y 59 meses participaban en el cuidado y la educación de sus hijas e hijos, promoviendo el apego, la nutrición, ambientes sanos, incluso antes del nacimiento", expresó.
Para la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, Lisy Alina Jorge Méndez, "un niño que tiene la presencia activa del padre en su vida tendrá mayor autoestima, capacidad de adaptarse al medio, de socializar y mejor salud emocional y física. Además, esta intervención activa en su crianza es un mecanismo preventivo de la violencia", precisó.
El joven Yonnier Angulo, de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM), insistió en que el machismo les está pasando factura a los hombres, que valoran muchas veces más el espacio público, el deporte, el empleo, la profesión…, y olvidan los beneficios que tiene para sí mismos asumir la crianza de su descendencia.
Para el historiador Julio César González Pagés, esa conducta tiene que ver con que para los hombres aún ese compromiso de implicarse realmente en la crianza de los hijos no es una exigencia.
"Todavía la frase de ser mala madre o mal padre está atravesada por dos realidades diferentes. En el caso de Cuba, todavía nos siguen reclamando ser proveedores y sabemos que ello es ser hegemónico", aseguró.
Jonas Lovén, Embajador de Suecia en Cuba, comentó que su país fue el primero del mundo en reemplazar el permiso postnatal maternal por el permiso parental, en 1974. Sin embargo, dijo, solo una cuarta parte de los hombres se acogen a esta prestación, pues la cifra ha ido en aumento, aunque las mujeres siguen siendo mayoría.
"Es un recorrido lento, pero necesario, donde el marco legal avanza más rápido que la realidad. Lo importante es que Cuba ya lo está haciendo", sostuvo.
La exposición, organizada por la Embajada de Suecia, la Oficina del Historiador de la Ciudad y Unicef, es una iniciativa que invita a los hombres a sumarse a ese esfuerzo común de equidad. Papás suecos… Papás cubanos, estará abierta al público hasta el 20 de junio de 2018, fecha en que será trasladada a la oriental ciudad de Santiago de Cuba.

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