VIH y masculinidades en Cuba
Por Odalis
Riquenes Cutiño
SANTIAGO DE CUBA. — El modelo
hegemónico de masculinidad limita la asunción de conductas sexuales saludables,
lo cual es determinante hoy en la cruda realidad de que ocho de cada diez
personas con VIH en Cuba sean hombres.
De igual manera, las prácticas
sexuales, en condiciones de riesgo a partir de tabúes y actitudes
discriminatorias, deciden en la alta incidencia de otras infecciones de
transmisión sexual (ITS) como la sífilis o la hepatitis C, porque resulta
difícil conveniar el uso del condón.
Tal mensaje fue ratificado en la más
reciente edición del Simposio de Masculinidad y VIH, espacio que desde 2003
propicia el intercambio multidisciplinario y la actualización científica sobre
estos temas desde conceptos como el respeto a la diversidad, la inclusión, la
convivencia sin discriminación y la responsabilidad individual.
Con la participación de más de un
centenar de investigadores y promotores de todo el país y delegados de México y
Argentina, la cita se reafirmó como una vitrina para la exposición de
resultados en torno al análisis de problemáticas de índole socio-psicológicas
que repercuten en la salud sexual masculina y la prevención de las ITS y el
VIH/sida, de las que ya se derivan estrategias concretas en función de reducir
vulnerabilidades.
Masculinidad y
salud
Hoy el mayor número de personas con
VIH son hombres de entre 40 y 50 años, o más, grupo etáreo cuyos patrones
culturales limitan la práctica del sexo seguro. Sin embargo, la labor
preventiva hasta ahora se ha centrado en adolescentes y jóvenes.
Para el doctor Carlos Cortés, asesor
técnico principal de los proyectos del VIH en el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), el concepto de masculinidad está en la base de la
respuesta al VIH. Aún se discrimina a personas que lo padecen. Cortés elogió
los resultados de Cuba en la atención a estos grupos, especialmente de los
hombres que tienen sexo con otros hombres y la comunidad transgénero. Aunque
seguimos siendo una de las naciones con menor prevalencia del VIH/sida en América
Latina, insistió en que todavía hace falta mucha educación para enfrentar
flagelos como el machismo y la violencia de género, que dificulta la protección
dentro y fuera de parejas estables.
Por eso la doctora María Dolores
Malfrán García, jefa del Departamento Provincial de Promoción y Control de las
ITS y el VIH/sida en esta provincia, insiste en que trabajar esta temática
implica no encerrarse en analizar un género o la homosexualidad, sino
conectarse con las familias, enseñarles a no forzar estereotipos, a aceptar y
apoyar el desarrollo individual de cada miembro, modular o corregir
comportamientos que provoquen riesgos para la salud y reorientar a niños,
jóvenes y adolescentes.
Promotores de
vida
Dedicado esta vez al medio milenio de
la fundación de la otrora villa santiaguera, la XII edición del Simposio de
Masculinidad y VIH resultó tribuna para reconocer el trabajo de promotores de
salud orientados hacia diferentes segmentos poblacionales, y que en Santiago de
Cuba forman un ejército de más de mil voluntarios por la vida.
La psicóloga Lilian Rosa Burgos opinó:
«Los promotores deben laborar en la formación de valores, el comportamiento y
la información, incorporando a los padres, la comunidad y la escuela. Además,
aportan nuevas miradas a la investigación y la participación, han de
desarrollar potencialidades que minimicen las conductas de riesgo y
promover afectos, cultura de paz y democracia para lograr en las nuevas
generaciones el autoconocimiento y una autoestima adecuada».
En el contexto del evento se realizó
un homenaje a activistas que, voluntariamente y no sin pocos obstáculos, han
dado vida durante los últimos 15 años al proyecto de prevención Hombres que
tienen Sexo con otros Hombres (HSH-Cuba), asociación de personas no
heterosexuales que, como parte de la sociedad civil, han desplegado una intensa
y reconocida labor preventiva y de promoción en pos del logro de una sexualidad
saludable en este grupo y el reconocimiento de sus derechos sexuales y
reproductivos.
El trabajo diferenciado permite llevar
el mensaje de salud persona a persona, algo vital en la prevención con los HSH,
víctimas y victimarios de conductas violentas que ponen en riesgo su calidad de
vida, explicó el máster en ciencias Gustavo Valdés Pi, coordinador nacional del
Proyecto.
El evento deja como asignaturas
pendientes la necesidad de multiplicar lo aprendido y trabajar sin descanso por
desterrar comportamientos de riesgo entre los grupos vulnerables al VIH/sida,
como aquellos a los que resulta difícil acercarse por sus características
sicosociales.
La creación de estrategias para
disminuir la discriminación hacia las personas transexuales, la sensibilización
de aquellos actores sociales que generan rechazo hacia segmentos poblacionales
con una orientación sexual diferente; la aceptación de la metrosexualidad como
preferencia estética de moda y la formación de valores que contrarresten la
violencia de pareja, están entre los caminos trazados por la cita santiaguera,
en pos de una mayor calidad de una vida para la sociedad en general.
Ver versión original en http://www.juventudrebelde.cu/suplementos/sexo-sentido/2015-10-30/vih-y-masculinidad
Labels: masculinidades en cuba, VIH-SIDA
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