Pages

Monday, May 11, 2020

LA VIOLENCIA MASCULINA, LA OTRA PANDEMIA






Por: Enmanuel George López

La Habana, 9 de mayo de 2020

Las medidas especiales que se toman para combatir el nuevo coronavirus en el panorama actual, entre las que figuran el distanciamiento físico y la restricción de movimiento en el espacio público, impactan en algunas dinámicas sociales que las personas tenían concebidas hasta el momento. Los malestares, molestias y preocupaciones que inciden particularmente en los hombres, pueden verse reflejados a partir de actitudes confrontativas y violentas.

La OMS y otras organizaciones han destacado el incremento de la violencia doméstica durante la etapa de la cuarentena. Las secuelas de estar recluidos en la casa con más frecuencia o la totalidad del tiempo, evidencian con más notoriedad el desequilibrio de poder en las relaciones de parejas y con los hij@s. El incremento de los índices de violencia en el hogar guarda relación con la manera en que los hombres tienen configuradas sus masculinidades alrededor de la autoridad.

El ámbito público también denuncia posiciones machistas de desacato a las medidas de carácter preventivo orientadas, el enfrentamiento a l@s agentes del orden y hasta peleas en las colas para comprar algunos productos. La violencia masculina trasciende el escenario doméstico, se apropia de múltiples factores relacionados a cómo los hombres conciben que deben ser y actuar, desde preceptos patriarcales.

Las preocupaciones de orden económico, así como la supuesta falla en determinados mandatos culturales que tienen los varones, desencadenan diversas manifestaciones de violencia, en la medida que éstos no asumen variantes para relacionarse de manera pacífica y equitativa.

La masculinidad en su versión hegemónica carece de herramientas comunicativas para expresar sus emociones y opiniones, con las consecuencias que ello provoca en los diferentes espacios donde interviene. La ausencia de diálogo y de capacidad de auto-análisis deja desprovisto a muchos hombres de habilidades para lidiar con diversas situaciones y tener recurrir a formas no pacíficas ni prudentes para enfrentarlas.

Desde la visión de las masculinidades, las aspiraciones del cambio transitan por un rediseño de las actitudes machistas. El contexto del confinamiento doméstico podría ofrecer la oportunidad de modificar hábitos y conductas de desigualdad de género en ese escenario y a partir de ahí, hacia el espacio público. Una masculinidad no violenta incide favorablemente en la atención y el disfrute de sus hij@s, en la preocupación de su salud y en establecer relaciones basadas en la igualdad y el respeto.

El mundo ha demostrado que necesita de ajustes para su sostenibilidad; desde el enfoque de género se considera que modelos alternativos de masculinidades pueden contribuir a ello.


No comments:

Post a Comment