El contexto cubano encuentra el desafío de incorporar a los hombres al
cambio de actitudes machistas, a partir de concientizar y adquirir valores
emanados del feminismo como pensamiento de emancipación e igualdad. Tenemos el
reto de preservar lo que en materia de género hemos conseguido, a raíz de que
los contextos cambian constantemente y se generan nuevas problemáticas. Para
conseguir estas aspiraciones el enfoque debe ser multisectorial, que permita el
actuar de organizaciones y grupos desde sus disciplinas y saberes; cultura,
educación, derecho y comunicación, entre otras.
El trabajo requiere el ampliar los ámbitos de incidencia sobre esta
temática, donde la comunicación juega un papel importante a la hora de ofrecer
contenidos educativos, inclusivos, no sexistas ni violentos. Despojar de las
diversas plataformas de comunicación aquellas exhortaciones al reforzamiento de
estereotipos machistas, cada vez construidos de forma más atractivas y
cautivadoras. El reto supone también crear un lenguaje comunicacional con la
propia utilización de las plataformas y soportes ya creados, igual de
atrayente y con contenidos que promuevan la reflexión y la disposición de
contribuir al cambio.
¿Cuáles son los enfoques que ha desarrollado para responder a los desafíos
encontrados en el terreno? ¿Cuáles son sus especificidades contextuales /
culturales? ¿Cómo trabajas?
El enfoque que
hemos empleado está dirigido a establecer un puente de retroalimentación entre
la academia y el activismo. Para nosotros ha sido muy
importante realizar esfuerzos de forma simultánea en realizar investigaciones,
tesis de grado, artículos, propuestas teóricas que sustenten y expliquen lo que
está sucediendo a nivel social, en el terreno. En este sentido, hemos realizado
diversas investigaciones vinculando los estudios de masculinidades con categorías
como la raza, la clase, edad, zonas geográficas, migraciones, etc. Como una
forma de devolver estos resultados de investigación y generar debates sobre
determinadas temáticas hemos organizado 8 Jornadas de Estudios de
Masculinidades que nos ha permitido reflexionar sobre lo ya realizado y proponer
futuros temas de emergencia.
Asimismo nos
hemos centrado en la tarea de sensibilizar y formar a diferentes grupos de
hombres pertenecientes a instituciones y proyectos por todo el país para
multiplicar los saberes y que a su vez estas personas puedan ser portadoras de
capacidades para trabajar con grupos de varones. Ejemplo de ello ha sido el
trabajo en conjunto con juristas para capacitar en temas de masculinidades a
estudiantes de Derecho, jueces, abogados, para que el ámbito jurídico no esté
permeado de sexismo ni preceptos machistas.

Por su parte,
desde el Activismo hemos dedicado importantes esfuerzos a la prevención de la
Violencia hacia las mujeres y las niñas, entre los propios hombres y de los
hombres contra sí mismos. Hemos participado intensamente de todas las acciones
que a nivel de país se realizan como las Jornadas por la NO Violencia de
Noviembre y diciembre cada año. Asimismo, con Naciones Unidas hemos colaborado
e integrado la Campaña Únete Latinoamérica por la NO Violencia, y organizado acciones
como el Día Naranja los días 25 de cada mes para realizar un llamado de
atención a poner fin a este flagelo que sufren las mujeres. Contribuimos a la
formación de la Red de Deportistas y Artistas Únete por la No violencia hacia
las mujeres y niñas. En esta dirección, nuestra organización lideró la variante
de esta campaña denominada El valiente no es violento, dirigida a la atención
de los hombres y su necesidad a tomar acción

Igualmente, según nuestras investigaciones, la música, el sexo y el deporte
son las temáticas que más se tratan entre los hombres cubanos. Aprovechar los
espacios donde los varones se reúnen, hablan sobre estos temas y manifiestan la
violencia de diversas maneras, para accionar con diversas dinámicas educativas
y de reflexión, puede ser una estrategia en la deconstrucción de los modelos
hegemónicos, de dominación e inequidad. A ello se le suma el uso del
audiovisual o las tecnologías de la información y las comunicaciones para
facilitar el debate sobre los estereotipos de género y las diversas formas de
violencia machista, propiciando el desmontaje de la cultura patriarcal y sus
formas de expresión. Otra parte de nuestro trabajo ha estado dirigido a
trabajar con artistas y deportistas hombres para sensibilizarlos y formarlos
para que sean líderes de opinión y transmitan mensaje spot la No violencia y
por una Cultura de Paz, pues nos dimos cuenta que lo que diga públicamente un deportista o artista o músico tiene para los jóvenes un
impacto muy grande.

El ámbito deportivo ha sido uno de los escenarios de apoyo para el trabajo
de capacitación. La amplia cobertura de
los medios de comunicación y la comercialización han impulsado al deporte como
fenómeno socio-cultural. El espacio deportivo constituye un eje central en la socialización
de las masculinidades, en sus manifestaciones hegemónicas y por tanto, en su
concepción patriarcal como “asunto de hombres”. En este sentido, la RIAM se ha
enfocado en utilizar la dimensión educativa del deporte, en aportar
investigaciones que permitan reconocer manifestaciones de inequidades de género
dentro de este ámbito, así como en la transmisión de valores positivos y
mensajes de bien público. Ejemplo de ello han sido los talleres ofrecidos a
futbolistas de diferentes equipos universitarios, provinciales y de la Liga
Nacional, de peloteros, de atletas, etc. En especial nos enorgullece haber
incidido en estos temas sobre el actual campeón olímpico y mundial de Lucha
Grecorromana, Ismael Borrero, quien ha dedicado sus medallas y triunfos a poner
fin a la violencia hacia las mujeres y las niñas.
En el caso de la música, hemos intentado desmontar aquellos arquetipos
conformados históricamente alrededor de la construcción de las masculinidades,
valores intrínsecos dentro de las canciones que en su reproducción cotidiana
han normalizado dicho actuar y comportamiento. Hemos pretendido utilizar el
componente educativo de la música para desentrañar aquellos criterios que
expresan inequidades de género o diferentes formas de violencia, incluido el
uso de la imagen de la mujer como objeto sexual y la preocupante inserción de
niñas y niños en las historias que narran no pocos videoclips extremadamente
sexistas y misóginos. La utilidad de la música para el trabajo con hombres
radica en su poder para alcanzar e interrelacionar con esta temática a
distintos grupos de trabajo.
En este sentido,
desde el ámbito de la música y viendo que una buena parte de la música que se
consume a nivel internacional y nacional tiene muchos contenidos violentos,
sexistas y machistas, hemos trabajado con líderes de opinión como es el caso
del cantante de pop rock más popular de Cuba que es David Blanco, quien a
través de los medios de comunicación, conciertos y spots de bien público ha
sido un activista por la no violencia.
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