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Saturday, March 17, 2018

Papás suecos… Papás cubanos, historias contra el machismo





 En la foto el historiador y antropólogo Julio César González Pagés y Yonnier Angulo coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM) panelistas de la exposición  "Papás suecos… Papás cubanos" 


Por Lisandra Fariñas Acosta | lisandra@granma.cu

Las rejas del Museo Castillo de la Real Fuerza en el Centro Histórico de La Habana Vieja son ahora mismo un golpe a la conciencia. Cuando menos, una inquietud. Y ese es el comienzo para repensar (nos).
Habrá que agradecer, siempre, las imágenes que cuelgan hoy allí. Eran, son, necesarias. Muestran la prueba de que «nivelar la carga» es posible, de que vivir la paternidad desde la corresponsabilidad del hombre en el cuidado y la educación de los hijos es gratificante.
Y más, es imprescindible para que las mujeres y los niños disfruten plenamente de sus derechos y alcancen su máximo potencial.
Papás suecos… Papás cubanos  –una muestra conjunta del fotógrafo sueco Johan Bävman y el cubano Néstor Martí, organizada por la Embajada de Suecia, la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Unicef; e inaugurada en saludo al pasado 8 de marzo–  acerca a los paseantes a las experiencias cotidianas de hombres que transgreden los roles tradicionales y deciden compartir y disfrutar equitativamente con sus parejas las responsabilidades de crianza, cuidado y educación de sus hijos.
Es, de acuerdo con María Machicado Terán, representante de la Unicef en Cuba, una alerta sobre la urgencia de que el espacio doméstico se democratice, pues aún puertas adentro del hogar, en contraste con muchos espacios conquistados en el ámbito público, siguen persistiendo estereotipos y una cultura patriarcal y machista que golpean la participación de los hombres en las tareas domésticas.
LAS NORMAS SON SOLO EL COMIENZO
Cuba se encuentra entre los 15 países en todo el mundo que supera lo establecido por las tres políticas sociales y programas considerados básicos por la Unicef para apoyar a los padres a proveer a los niños y niñas con el mejor comienzo en la vida: educación pública y gratuita durante los dos primeros años, al menos seis meses de licencia materna retribuida para asegurar la lactancia materna y 12 meses de licencia paterna retribuida después del nacimiento de bebé.
Sin embargo, entre los años 2006 y 2014, solo 125 hombres se acogieron en nuestro país al Decreto-Ley 234 para disfrutar de la licencia paterna retribuida, y la mayoría de estos lo hicieron como consecuencia de situaciones de fuerza mayor, como la enfermedad o muerte de la madre, dijo Machicado Terán.
Datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social evidencian que no son muchos los padres  que han optado por estas licencias desde febrero del 2017, cuando se modificó el 234 por el Decreto 339 de la Maternidad de la Trabaja­dora, permitiendo que, además de los padres, otros familiares pudiesen asumir el ­beneficio de la Licencia de maternidad.
El pasado año, solo siete padres se acogieron al permiso, en contraste con las 65 abuelas que lo hicieron, lo cual evidencia cuántos prejuicios y resistencia encuentra aún esta norma, a pesar de los 15 años que lleva vigente.
Hay otro dato a tener en cuenta. Según la encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados, MICS (2014), solo el 18 % de los padres de niños y niñas de entre 36 y 59 meses participan en el cuidado y la educación de sus hijos.
Dos elementos descuellan en Cuba para favorecer el ejercicio de una paternidad responsable, a juicio de la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, Lisy Alina Jorge Méndez.
El primero de ellos, la existencia de una prestación social para que una vez que han transcurrido tres meses después del nacimiento del bebé, el padre pueda acogerse a la licencia e involucrarse de manera activa, presente, esencial en la vida del bebé durante el primer año de vida, y donde devenga una prestación ascendente al 60 % del salario promedio que recibió durante el último año, dijo.
Además, el hecho de que el Código de Familia promueve la igualdad en el ejercicio de la patria potestad, de modo que esta se ejerce de manera conjunta. «Ello nos está diciendo que tanto madres como padres tienen todos los deberes y derechos que devienen del ejercicio de la patria potestad».
VIVIR LA PATERNIDAD
La especialista agregó que no se puede hablar de paternidad sin hablar de los niños y niñas, y no puede hablarse de estos últimos sin tener en cuenta la Convención de los Derechos del Niño.
«La organización de las relaciones familiares requiere inexorablemente equidad intergeneracional e intergénero, entre padres y madres y entre hombres y mujeres en el seno de la familia. Implica además, la participación de niños y niñas en el seno familiar, que estos sean escuchados y aquello que dicen sea tenido realmente en cuenta», puntualizó.
«Los beneficios para un niño que tiene la presencia activa del padre en su vida son muchos: mayor autoestima, capacidad de adaptarse al medio, de socializar, y mejor salud emocional y física. Además, esta intervención activa en su crianza es un mecanismo preventivo de la violencia, pues funciona como factor protector ante escenarios riesgosos como el consumo de drogas», explicó la profesora.
Los padres también ganan, como seres humanos, y en las relaciones de confianza con sus hijos, destacó. «Como dijera Paulo Freire, la educación no cambia al mundo, pero cambia a las personas que van a cambiar al mundo».
Yonnier Angulo, de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM), comentó que muchos hombres asuman hoy la paternidad desde un modelo de masculinidad hegemónica, es uno de los costos del machismo, lo cual condiciona que no se valore siempre lo que significa cuidar a nuestros hijos, ni los beneficios de la paternidad para nosotros mismos.
Cuando los padres se involucran en las tareas del hogar y la crianza, y sus hijas e hijos los ven en relaciones de igualdad y respetuosas con sus madres y otras mujeres, aceptan la idea de que los hombres y las mujeres son iguales, aceptan la igualdad de género y el sentido de autonomía y empoderamiento de las niñas, pasándolo a generaciones futuras, señaló el joven de la RIAM.
El historiador y antropólogo Julio César González Pagés coloca la mirada sobre las causas que subyacen en estas conductas. Explicó que en eso tiene mucho que ver el hecho de que para los hombres el compromiso de implicarse realmente en la crianza de los hijos no es aún una exigencia en la sociedad, mientras sí se sigue reproduciendo el esquema de padres como solamente proveedores económicos; factor último que incluso pasa a ser fundamental a la hora de valorar la paternidad.
Además, el padre sigue viéndose como una figura autocrática, una figura cuyo rol es también el de reprimir.
Las madres siguen diciendo muchas veces: deja que llegue tu papá, y cuando no cumple este papel, pues hasta se dice que es mal padre. Estos fenómenos nos ponen incluso frente al análisis de fenómenos como la violencia intrafamiliar, destacó el experto.
El marco legal avanza más rápido que la realidad, opinó Jonas Lovén, embajador de Suecia en Cuba. A pesar de que su país fue el primero en el mundo en reemplazar el permiso postnatal maternal por el permiso parental, en 1974, hoy solo una cuarta parte de los hombres se acogen a esta prestación, y las mujeres siguen siendo mayoría. «Es un recorrido lento, pero necesario, que Cuba ya inició».
MIRARNOS POR DENTRO
«Papás suecos... presenta retratos de padres que optaron por quedarse en casa con sus bebés por al menos seis meses. El fotógrafo Johan Bävman estudia por qué estos padres optaron por quedarse en casa con sus hijos, cuánto les aportó la experiencia y en qué medida cambió las relaciones entre ambos padres y de ellos con sus hijos», explica el comunicado de Unicef.
Las imágenes –asegura el documento– pretenden mostrar los efectos de la igualdad de género en ser padres, tanto en los individuos como en la sociedad.
«Durante el periodo de mi propia licencia paternal tuve problemas en encontrar información acerca del hecho de ser padres desde la perspectiva del padre. Leyendo y viendo a otros papás que comparten sus pensamientos e ideas sobre la paternidad, quizá más hombres comiencen a pensar sobre su rol como padre y como pareja», explica Johan, citado en el texto.
Por su parte, el fotógrafo cubano Néstor Martí presenta en su muestra a padres cubanos –anónimos y figuras públicas– que comparten con sus parejas y disfrutan cotidianamente la responsabilidad de las tareas domésticas, de cuidado, educación y estimulación de los hijos, dentro y fuera del hogar.
«Busqué esa mirada diferente, no homogénea, de dos realidades (Suecia y Cuba) unidas al mismo tiempo en esa urgencia común que es pensar qué paternidad están viviendo hoy los hombres. Porque podría ser también la historia de cualquier sociedad hoy», dijo a Granma.
«Me hizo pensar, y me colocó frente a reflexiones que quizá no hubiera hecho por mí mismo. La paternidad, incluso desde la posición de hijo, también te toca».
«Las imágenes, tomadas en una realidad natural, y en la cotidianidad donde padres e hijos desarrollan su vida, es una propuesta, una provocación a mirarnos por dentro. Habrá quien pase y se quede, a quien se le mueva algo y habrá quien la rechace, o esté en desacuerdo. Lo importante es que la historia está ahí, contada», expresó.
Y la mejor manera de que esté es en los muros de la ciudad, a la vista de quien pasa, e incluso trascienda, como lo hará en el mes de junio, cuando la muestra sea trasladada a la ciudad de Santiago de Cuba y continúe su diálogo necesario con nuestra gente.ec

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