Aunque el cáncer de mama se presenta
con mayor frecuencia en mujeres, algunos hombres también pueden padecerlo. A
nivel mundial ellos representan menos del uno por ciento de los casos
reportados, y en función de si la detección es temprana o tardía (ya diseminado
a otros órganos), la tasa de supervivencia a largo plazo puede variar entre el
90 y el 30 por ciento.
Esta enfermedad es hereditaria en
muy pocos casos, cuando el factor de riesgo principal son las mutaciones
genéticas transmitidas por la madre. Es más común que aparezca en hombres
sometidos a radiaciones peligrosas y aquellos con altas concentraciones de la
hormona femenina estrógeno producto de otras enfermedades como la cirrosis
hepática y el síndrome de Klinefelter (trastorno genético).
El rango de edad que se describe
como más frecuente para su aparición es entre 60 y 70 años, lo cual no quita
que la masa tumoral inicie antes su formación, pero como no es una enfermedad
frecuente no hay un hábito masculino de autoexamen de mamas, y es muy difícil
que se diagnostique antes de que sea muy obvia al palpar.
Para diagnosticarlo correctamente se
utilizan diferentes procedimientos. Se inicia con la indagación sobre
antecedentes familiares y un detenido examen físico: las mamas son palpadas
cuidadosamente en busca de nódulos o abultamientos, secreciones por el pezón,
irritación de la piel, escamosidad, inflamación, cambios de temperatura o
dolor. También se revisan las axilas en busca de cualquier señal de crecimiento
anormal de los ganglios en la zona.
Resulta útil, además, hacer una
ecografía para revelar la presencia de tejidos enfermos y su localización
exacta, y estudios bioquímicos para medir la concentración de ciertas células
que los órganos y tejidos afectados liberan en el flujo sanguíneo. A veces se
sugiere una biopsia para extraer células o tejidos y observarlos en el
microscopio porque así se confirma el tipo de tumor y hasta qué grado ha
avanzado la enfermedad.
A tiempo, hay tiempo...
Varios factores afectan el
pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento: el
grado de diseminación del cáncer, su tipo, las concentraciones de los
receptores de estrógeno y de progesterona en el tejido del tumor; si el cáncer
se encuentra también en la otra mama y la edad y salud general del paciente.
Hoy se utilizan cinco tipos de
tratamiento estándar, en dependencia de esos factores: la cirugía para extirpar
el tumor, la quimioterapia para eliminarlo in situ, la terapia con hormonas, la
radioterapia y la terapia dirigida.
El tratamiento a elegir depende de
la voluntad del paciente y de las sugerencias que haga el equipo de
especialistas a partir de la estimación sobre la rapidez con la que el mal
puede crecer y diseminarse en el cuerpo, la posible eficacia de las
alternativas terapéuticas disponibles según las condiciones del individuo y las
opciones en caso de que el cáncer recidive (vuelva a aparecer).
El mensaje esencial es que todos los
hombres, y sobre todo los de la tercera edad, deberían tener en cuenta la
probabilidad real de enfrentarse a este padecimiento y pedir una consulta
médica ante cualquier síntoma inusual.
http://www.juventudrebelde.cu/suplementos/sexo-sentido/2018-02-16/cancer-de-mama-en-hombres
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