Opciones para un viernes…
Por: Jorge del Sol Baylac.
[1]
No soy un especialista de arte, tampoco crítico y menos aun reportero de un periódico o revista especializada. Aunque como cubano disfruto de las virtudes informacionales que encierra el eco de la información en cada uno de los transeúntes; y por hobby me interno en los espacios artísticos más diversos que de manera pública o privada, estatales o carentes de autorizo civil es posible encontrar en nuestra Habana.
Este fue el caso de la exposición de fotografía que auspiciara la Madriguera en la galería de arte de Galiano, situada en una de las concurridas calles de Centro Habana, el pasado viernes 25 de abril, pasadas dos horas de la fatal desaparición física de Lola. El calor apremiante impuso el feliz comienzo de la exposición, ya que el local tan acogedor como mal ubicado gritaba con su aire acondicionado a full -Un adelante- absolutamente irresistible para el feliz interesado.
La muestra titulada “Miradas de la Habana” es una exposición conjunta de fotografías de los jóvenes realizadores Dalgis Chaviano, Alfredo Sarabia, Yoanny Aldaya, Ariel Chang, Sahily Borrero y Ricardo Basáñez; que intentaron representar con sus propios prismas y lentes, visiones particulares de una ciudad que todos compartimos. “… Miradas de la Habana, es una exposición colectiva de un grupo de Fotógrafos, que utilizan la luz para dar armonía a escenas que pudieran apreciarse como irreales, siendo autenticas, autóctonas e identitarias de lo cubano…”[2]. El mundo citadino y formal del avance tecnológico deja a su rastro una huella de convivencia que nos hace cómplice de toda interacción, definiendo como imposible una escapatoria a las dinámicas que nos plantea; anclando nuestros recuerdos a una ciudad que se extraña y se lleva consigo en cualquiera de las versiones que aprehendamos de ella.
Quizás el mayor aporte de estas obras, es que encierran un recorrido de lo real tocable. Cada una de estas imágenes es un momento a detenerse y mirar sintiendo que no tenemos una cámara a mano para guardar el momento, es un arte del que camina por ella o tiende ropa en las azoteas y balcones con vistas a las vistas de la Habana. Cada foto siempre ha estado en nuestras cabezas, porque la conocemos y sabemos que es verdadera y que además posiblemente estará mañana si volvemos recorrerla.
Especialmente me pareció interesante la serie ¿Qué se pesca? del fotógrafo Ricardo Basáñez, que visibiliza una habana que mira al mar y vive de él. Cada día al atardecer el malecón se llena de hombres y mujeres que dejan sus trabajos formales o llegan a él; y que con varas y carretes en sus hombros plantan bandera a uno de los más antiguos oficios. Reviviendo historias de cuando la bahía estaba plagada de pequeñas embarcaciones que se dedicaban a la pesca en las aguas próximas a la costa y que hoy son ocupadas por los balsas impróvidas.
[3]
Describir totalmente esta exposición sería, olvidar al artista que la construye con su visita. La verdad, si es que hubiera una que conectara inequívoca a artista creador y artista espectador es una sola, un viernes cualquiera existió la opción de vivir una forma más de conectarse con la Habana, aun solo fuera para definirla en un instante fortuito de inspiración y suerte y dar la oportunidad de sentir otra de sus miradas; ese viernes puede ser mañana…
[1] Muestra de la Serie: “Los carros de mi Habana”. Ariel Chang. En: Miradas de la Habana. Exposición de la Galería de Galiano, Abril, 2008.
[2] Letamendi Zulueta, Mady. Contraportada del volante.
[3] Muestra de la Serie: “¿Qué se pesca?”.Ricardo Basáñez. En: Miradas de la Habana. Exposición de la Galería de Galiano, Abril, 2008
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No soy un especialista de arte, tampoco crítico y menos aun reportero de un periódico o revista especializada. Aunque como cubano disfruto de las virtudes informacionales que encierra el eco de la información en cada uno de los transeúntes; y por hobby me interno en los espacios artísticos más diversos que de manera pública o privada, estatales o carentes de autorizo civil es posible encontrar en nuestra Habana.
Este fue el caso de la exposición de fotografía que auspiciara la Madriguera en la galería de arte de Galiano, situada en una de las concurridas calles de Centro Habana, el pasado viernes 25 de abril, pasadas dos horas de la fatal desaparición física de Lola. El calor apremiante impuso el feliz comienzo de la exposición, ya que el local tan acogedor como mal ubicado gritaba con su aire acondicionado a full -Un adelante- absolutamente irresistible para el feliz interesado.
La muestra titulada “Miradas de la Habana” es una exposición conjunta de fotografías de los jóvenes realizadores Dalgis Chaviano, Alfredo Sarabia, Yoanny Aldaya, Ariel Chang, Sahily Borrero y Ricardo Basáñez; que intentaron representar con sus propios prismas y lentes, visiones particulares de una ciudad que todos compartimos. “… Miradas de la Habana, es una exposición colectiva de un grupo de Fotógrafos, que utilizan la luz para dar armonía a escenas que pudieran apreciarse como irreales, siendo autenticas, autóctonas e identitarias de lo cubano…”[2]. El mundo citadino y formal del avance tecnológico deja a su rastro una huella de convivencia que nos hace cómplice de toda interacción, definiendo como imposible una escapatoria a las dinámicas que nos plantea; anclando nuestros recuerdos a una ciudad que se extraña y se lleva consigo en cualquiera de las versiones que aprehendamos de ella.
Quizás el mayor aporte de estas obras, es que encierran un recorrido de lo real tocable. Cada una de estas imágenes es un momento a detenerse y mirar sintiendo que no tenemos una cámara a mano para guardar el momento, es un arte del que camina por ella o tiende ropa en las azoteas y balcones con vistas a las vistas de la Habana. Cada foto siempre ha estado en nuestras cabezas, porque la conocemos y sabemos que es verdadera y que además posiblemente estará mañana si volvemos recorrerla.
Especialmente me pareció interesante la serie ¿Qué se pesca? del fotógrafo Ricardo Basáñez, que visibiliza una habana que mira al mar y vive de él. Cada día al atardecer el malecón se llena de hombres y mujeres que dejan sus trabajos formales o llegan a él; y que con varas y carretes en sus hombros plantan bandera a uno de los más antiguos oficios. Reviviendo historias de cuando la bahía estaba plagada de pequeñas embarcaciones que se dedicaban a la pesca en las aguas próximas a la costa y que hoy son ocupadas por los balsas impróvidas.
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Describir totalmente esta exposición sería, olvidar al artista que la construye con su visita. La verdad, si es que hubiera una que conectara inequívoca a artista creador y artista espectador es una sola, un viernes cualquiera existió la opción de vivir una forma más de conectarse con la Habana, aun solo fuera para definirla en un instante fortuito de inspiración y suerte y dar la oportunidad de sentir otra de sus miradas; ese viernes puede ser mañana…
[1] Muestra de la Serie: “Los carros de mi Habana”. Ariel Chang. En: Miradas de la Habana. Exposición de la Galería de Galiano, Abril, 2008.
[2] Letamendi Zulueta, Mady. Contraportada del volante.
[3] Muestra de la Serie: “¿Qué se pesca?”.Ricardo Basáñez. En: Miradas de la Habana. Exposición de la Galería de Galiano, Abril, 2008
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