En la foto Ana Margarita Moreno, Julio
César González Pagés y Marilyn
Solaya en la FAC
La Habana, noviembre de 2016- (RIAM) Cuatro
importante directoras cubanas de audiovisuales exhibieron sus obras el 25 de noviembre pasado para denunciar la violencia contra ellas en un evento organizado
por los Proyectos Todas Contracorriente, Red Iberoamericana y Africana de
Masculinidades RIAM y la Fabrica de Arte Cubano FAC que sirvió de sede. La
presentación permitió que el escritor y asesor de la RIAM Julio César Gonzalez
Pagés dialogara con dos de ellas Marilyn Solaya y Ana Margarita Moreno presentes en la FAC.
El
primer dialogo fue sobre el material ‘Mírame, mi amor’ de la realizadora
feminista Marilyn Solaya también directora del premiado filme “Vestido de novia”
donde se denuncia el exhibicionismo masculino, tan habitual en los cines,
parques y paseos de La Habana. Este material fue exhibido en 18 ciudades del país
durante la gira nacional del año 2012 por la cantante Rochy y el académico Julio César Gonzalez Pagés, pero no por la
Televisión Nacional que ve poco serio debatir el tema de los masturbadores en
espacios televisivo.
La
segunda presentación y dialogo fue con el documental “Consecuencias”, de la
realizadora cubana Ana Margarita Moreno que presenta testimonios de mujeres y
hombres encarcelados por cometer delitos de agresión física, que accedieron
voluntariamente a comentar ante cámara los hechos que provocaron su reclusión
en centros penitenciarios. Una indagación similar fue realizada antes también
por Moreno para su documental “Los machos”, que aborda la construcción de las
masculinidades.
El
documental Estoy viva…lo voy a contar, de
las realizadoras Lizette Vila e Ingrid León no conto con la presencia de sus
directoras que se encontraban fuera de la Habana este día. El audiovisual
cuenta catorce historias de vida que abarcan todas las formas de violencia de
que suelen ser objeto las mujeres, bien sea sicológica, física, laboral, sexual
o económica. Oriundas de distintas partes del país las testimoniantes fueron víctimas no solo por su condición
femenina, sino también en ocasiones por el color de su piel, procedencia,
discapacidad física u orientación sexual.
El arte
cubano comprometido por la no violencia contra las mujeres y las niñas tuvo
nuevamente un excelente espacio en la FAC la cual conto con un entusiasta y
abundante publico que colmo la sala.
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