Por Javier Omar Ruiz A. Colectivo Hombres y Masculinidades, Bogotá.
El
06 de abril/13, marcharon por las calles de Bogotá miles de mujeres y hombres
al calor de consignas contra las distintas violencias de género, en lo que se
ha llamado la Marcha de las Putas.
Esta iniciativa
fue convocada originalmente por Sonya Barnett y Heather Jarvis, como reacción a lo que el policía de Toronto, Michael
Sanguinetti dijera en un evento en 2011, que "las mujeres deben evitar
vestirse como putas para no sufrir violencia sexual".
Desde entonces
mujeres, y por cierto miles de hombres, se convocan en distintos países y
distintas fechas para denunciar la violencia sexual contra ellas, las
intolerancias morales, el acoso laboral y callejero, y en general todas las
formas que en las sociedades patriarcales / machistas se emplean para controlar
y subyugar el cuerpo de las mujeres.
Por ello la activista mexicana Minerva Valenzuela dice
que saldrá a
marchar no porque piense que es puta,
sino porque rechaza que esa sea la palabra con la que tildan a una mujer cuando
no cabe en el molde de lo convencional. Esta es una marcha de todas las
personas que hemos sido violentadas verbal o físicamente bajo el argumento de
que nos lo buscamos por putas. ‘Tú te lo buscaste por puta; porque andas sola.
Por puta, porque te pones esa falda. Por puta, porque me denunciaste por
violencia laboral”(1).
En estos espacios
de denuncia y reivindicación han encontrado también lugar los hombres, tanto
por la posibilidad de acompañar a las mujeres en sus luchas, como por la
oportunidad de darle voz y grito a su indignación por los maltratos que también
sufren cuando se apartan de los modelos establecidos de masculinidad. Entonces
reciben palabras con intención de insultarles
como, “putos”, “maricones”, “flojos”, etc.
Esto quiere decir
que de lo que se trata es de denunciar un orden social y de género patriarcal,
y que de acuerdo a ello, como vuelve y señala Valenzuela, “los hombres no son
el enemigo. Vamos a ver cómo reaccionamos en conjunto. Quien marche, tenga lo
que tenga entre las piernas, será porque considera injusto que alguien ejerza
un poder sobre otra persona”.
En
Colombia fue Mar Candela quien hizo eco de esta lucha y en Bogotá, a nombre de
lo que se ha ido conformando como Movimiento Feminista Artesanal, ha estado al
frente de las dos marchas que se han realizado (febrero 2012 y abril 2013), y a
las que se han congregado, aparte de varias ciudades, otros múltiples grupos de
mujeres y feministas, del movimiento Lgbti, de activistas estudiantiles y universitarias/os,
personalidades de las artes, y el Colectivo Hombres y Masculinidades y el Grupo
de Masculinidades de Casitas Bíblicas.
En
la marcha del 2013, los carteles y pintas corporales hablaron en todos los
tonos, formas y colores (véase registros fotográficos en distintos medios en
internet), de una denuncia que cada vez más debe tener fuerza de incidencia
cultural para acabar con todas las formas de violencia de género. Que frases
como las siguientes, contribuyan a lograr el cambio:
-
Puta o no puta,
ninguna mujer merece ser violentada
-
Marcho porque
soy putamente libre
-
Puta o no puta,
toda mujer decide sobre su cuerpo
-
Del tipo que sea, no violencia contra las mujeres. Del tipo que
sea no a la violencia entre los hombres.
-
Tanto machismo nos da putería, por eso luchamos de noche y de
día
-
Yo decido cómo me visto y con quién me desvisto
-
Ni machos, ni fachos, ni hombres fortachos
-
No es lo que me pongo, es como lo mires
-
Mi cuerpo es mío y de nadie más
-
A la mierda sus prototipos patriarcales
-
Puta o no puta, mi cuerpo se respeta
-
¡No! es ¡No!, y punto.
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